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La mochila: el portabebés del siglo XXI, por Iria de Cal.

Las asesoras de porteo somos facilitadoras de contacto. Esa es la definición rápida de nuestro trabajo. El contacto es lo más importante, los portabebés son solo un medio. Y, hoy en día, hay medios a montones. Sobre todo, mochilas. El mundo de las mochilas ha crecido y evolucionado mucho en los últimos años. Son rápidas y su estética y su modo de empleo «cuadran» bien con los usos y costumbres de nuestra cultura. No conozco ninguna que dé el soporte punto por punto a toda la columna del bebé como lo da un fular o una bandolera, pero han mejorado muchísimo su diseño y, además, el mejor portabebés es aquel que no queda tirado en una esquina del salón. Si es una mochila lo que va a hacer que el bebé pase más tiempo porteado que en el carrito, bienvenida sea.

Seguro que existe una mochila, entre todas las del mercado, que es la ideal para cada una de nosotras. Problema: muy complicado probarlas todas. Tengo la sensación de que cada vez hay menos tiendas físicas especializadas de porteo. Y muchas de las que estamos somos tiendas pequeñas que no podemos tener, ni de lejos, todas las marcas para que la clienta pueda probarlas.

(Y no puedo dejar de nombrar a una de esas pocas tiendas: «Granujas», en Valencia, con mi amiga Sara al frente).

 

Hoy te voy a contar algunas cosillas que no te van a quitar del todo la confusión a la hora de escoger mochila pero que te valen para hacerte una primera composición de lugar:

 

– hay mochilas evolutivas que se «pueden» usar desde el nacimiento (*al final te explico algo sobre el verbo «poder»): una de las más conocidas es la Emei Baby porque el panel de tela de fular se adapta muy bien al tamaño del bebé sin corchetes ni cordones ni velcros. El sistema de ajuste de este panel es mediante dos anillas, lo que lo hace mucho más preciso y además ayuda a levantar las rodillas (recuerda que deben ir más altas que el culo del bebé). Es la que me parece que ha conseguido una mejor solución al reto del diseño de una mochila evolutiva pero hay otras. Busca que tenga un sistema lo más preciso posible para reducir el tamaño panel, que la tela del panel se adapte bien al cuerpo del bebé (que no tenga acolchados o zonas rígidas), que dé buen sostén a la cabeza (ya que un recién nacido no tiene control cefálico) y que tenga un ajuste en la parte frontal de los tirantes, no solo en los laterales.

Lo de que una mochila se pueda usar»desde el nacimiento» es confuso porque no es lo mismo un bebé recién nacido de 2 kilos que uno de 4 kilos, ni uno de la semana 34 que otro de la semana 42.

Así que mira bien qué dice el fabricante.

– hay mochilas adecuadas para usar a partir de que el bebé se siente: ¡a partir de que se siente por sí mismo!, porque ya sabemos que no debemos sentar a nuestro bebé antes de que lo consiga solo (lo más habitual es que un día, mientras va por ahí gateando, eche el culo para un lado). ¿Qué es lo que nos indica este momento del desarrollo?, que su espalda tiene el suficiente tono como para no necesitar un soporte tan preciso y que conseguir una buena postura (aunque sigamos buscando la báscula de la pelvis y las rodillas elevadas) no es algo tan crítico. Hay muchas mochilas dentro de este grupo. Yo voy a nombrar, en esta ocasión, una menos conocida, la DX go de la marca Caboo. Ni es de tela de fular ni tiene apenas opciones de ajuste pero es tan ligera, tan agradable y tan fácil de usar y transportar, que me parece que debe ser nombrada por su conseguido diseño.

 

– hay mochilas toddler y preschool: a partir de que el bebé tienes 2 años (aproximadamente) aparecen otras mochilas más grandes que cuyo recorrido es muy amplio ya que se puede llevar en ellas a morroscos que se hacen ya la cama. Como os dije, hay tantas mochilas que yo ni he hecho el esfuerzo de intentar «catarlas» todas. Entre las de este tipo me quedo con una que justamente NO es de este tipo, la mochila Kibi porque puede usarse desde que el bebé se sienta (o sea, que estaría también en el grupo anterior) pero el panel se amplía tanto que yo he llevado en ella a mi hija cuando ya tenía cuatro años. Es una buena mochila también para las personas adultas altas y anchas.

 

Y un último apunte sobre las mochilas: como te dije, se han hecho tan populares porque se adaptan muy bien a nuestro estilo de vida actual, son rápidas y fáciles de poner. Muy fáciles de poner bien y muy fáciles de poner mal. No te confíes, busca buenos vídeos en youtube, o cómprala donde haya servicio postventa y te corrijan como la llevas, o contrata una asesora de porteo. Y prueba mucho. Juega con los ajustes, a veces un pequeño cambio tiene un impacto grande en la comodidad.

 

*Cuidado con el verbo «poder». Tú puedes hacer lo que te dé la gana siempre que no dañes (legalmente) a tu bebé. Como si quieres portearlo con una sábana bajera. A lo que nos referimos las asesoras, cuando no somos muy cuidadosas y decimos cosas como «esta mochila no se puede usar hasta que el bebé se sienta por sí mismo», es a que no es la opción óptima, que hay otras que se adaptan mejor al tamaño y/o momento de desarrollo del bebé o que respetan más su anatomía.