Arkhé, haciendo lo que nos da la real gana desde 2008
Si alguien te pregunta en qué trabajas y le contestas “en una ferretería”, “en un hospital”, “soy abogada”, “soy músico”… no hay problema, te entienden, y surge una conversación fácil. Pero si contestas “trabajo en un centro de Educación Prenatal, Posnatal y Temprana”… Cri cri, cri cri. Se quedan como estaban.
Y así durante 10 años.
Es que no es fácil contar lo que es Arkhé y lo que hacemos aquí.
Los que venís cada semana y conocéis sus entrañas, lo sabéis. Que Arkhé no es solo una piscina, ni una tienda, ni unas clases de música o de hipopresivos, ni unas asesorías de porteo o de crianza…
Arkhé es un sitio lleno de vida porque está lleno de nosotras y vosotros. Nació en la cabeza de dos veinteañeras algo inconscientes y ha crecido gracias a todos y a todas las que algún día habéis abierto la puerta y, al menos, nos habéis dado el beneficio de la duda.
En realidad, hablar de todos vosotros y vosotras sería la mejor manera de explicar lo qué es Arkhé y lo que pasa detrás de su puerta.
Hablar de todas las mujeres embarazadas que recorristeis ese camino que va desde el desconocimiento y la ingenuidad hasta el empoderamiento más brutal y la conexión más hermosa con vuestras propias necesidades y las de vuestros bebés.
Hablar de todos los bebés que, estando ya de pie, volvieron al suelo a gatear para recuperar el rumbo de su desarrollo. Hablar de todas las madres y padres que entendieron y respetaron ese proceso.
Hablar de todos los niños y niñas que descubrieron que, una vez que te pones las gafas y metes la cara en el agua, ya no hay marcha atrás… Nunca más quieres salir de la magia de lo subacuático.
Hablar de todas las familias que entran con una sonrisa, que nos dejan al pasar un reguero de alegría por el pasillo, que entran al trapo con cada propuesta, con cada canción, con cada juego.
Hablar de las que no aparcan la alegría ni el cariño ni la bondad, ni para decirnos lo que no les gusta de nosotras.
Hablar de todas las mujeres y hombres que nos dejan acompañarles en la búsqueda de su instinto, de su manera de criar, de alimentar, de comunicarse…
Etc. Un etc grande como una catedral.
No quiero decir ningún nombre propio, porque nombraros a algunos sería dejar de nombrar a los demás y no hay ni una sola persona de las que han estado en Arkhé de la que no hayamos aprendido algo. Ojalá pudiera decir que ninguna se ha ido sin que nosotras le hayamos inspirado de alguna manera.
Quizás somos unas flipadas. A veces hablamos de nuestro trabajo como si nos dedicáramos a operar a corazón abierto. Pero (me temo) no es postureo. En serio que es esta es nuestra manera de sentir. No es solo un trabajo. Esta es la manera en la que hemos elegido vivir.
Por eso a Arkhé se le siente tan lejos de las normas básicas de marketing y emprendimiento. Porque luchamos como leonas para no ser esclavas de nuestros clientes, ni de nuestros proveedores, ni de la cuenta bancaria. Para no ser esclavas de nuestras empleadas, para que ellas no sean esclavas de sus jefas. Arkhé es un engranaje. Aquí las cosas funcionan de otra manera. Y el día que no puedan funcionar así, se acabó Arkhé y punto.
Si tengo que resumir en una frase nuestra historia de estos diez últimos años, lo tengo claro:
Arkhé, haciendo lo que nos da la real gana desde 2008.
Gracias por hacerlo a nuestro lado. Gracias por ser igual de apasionados. Somos muy afortunadas.